lunes, 17 de agosto de 2015

Barbacoa



La barbacoa es acaso la forma más antigua de cocinar y quizá la más sencilla. Y la más agradable con la llegada del buen tiempo. Apetece estar fuera de casa, al aire libre. Y qué mejor que hacerlo alrededor de una parrilla con los amigos.

Cada tipo de carne tiene su truco. Por ejemplo:

Estos son los tiempos de cocción para cada tipo de alimento:

· Cerdo

Todos los derivados del cerdo necesitan bastante tiempo para hacerse correctamente, unos 10 minutos por cada lado. Eso sí, para que tus pancetas o chorizos no se chamusquen por fuera y queden crudos por dentro y, dado que al hacerse en primer lugar las brasas estarán más potentes, es mejor que dejes la parrilla a una distancia de unos 10 centímetros de las brasas, para que no se hagan demasiado deprisa.

· Pollo

Al igual que el cerdo, el pollo tarda bastante en hacerse. Mejor, evita las pechugas, que a la barbacoa quedan insoportablemente secas, y apuesta por las alitas o los muslitos; si están marinados de algún modo, mejor que mejor. Necesitarás hacerlos 10 minutos por cada lado, así que déjalos para el segundo lugar, justo después de las piezas de cerdo.

· Ternera y buey

El chuletón, el entrecot o las hamburguesas (en barbacoas más humildes) serán el plato estrella de la barbacoa. Dado que este tipo de carne se hace rápido, pues suele gustar más cruda, podemos dejarla para el final. Su tiempo de cocción es de 2 a 5 minutos por cada lado, y la parrilla debe estar cerca de las brasas, para que la potencia sea alta: a unos 5 centímetros.

· Cordero

Las chuletillas de cordero pueden ser el plato ganador de una barbacoa (sobre todo si la hacemos con sarmiento, aunque eso es otro nivel). Todo depende de gustos, pero si el fuego es potente basta con hacerlas cinco minutos por cada lado para que queden crujientes, a unos 5 centímetros de las brasas.


MODO DE PROCEDER

Debes encender la barbacoa una hora antes de empezar a cocinar porque la comida se prepara con el calor de las brasas y no con las llamas. Es aconsejable que tanto la carne como el pescado se encuentren a temperatura ambiente, así que sácalos unos diez minutos antes de la nevera.

Echa sal gorda a las brasas encendidas para que no provoquen humo y duren más tiempo incandescentes. Evita recurrir al alcohol para encender la barbacoa, porque es muy peligroso y causa accidentes innecesarios.

Utiliza tenazas para darles las vuelta a los alimentos en lugar de tenedores ya que al pincharlos pueden perder parte de sus jugos. No se debe pinchar en ningún caso lar morcillas ni los chorizos.

Si colocas unas ramas de romero en las parrillas conseguirás un agradable olor y los insectos se apartarán.

Coloca el trozo de carne más grueso en el lugar más alejado de las brasas para que no se queme por fuera y se quede crudo el interior. Si la carne es adobada o marinada, podéis ir barnizando cada 5 minutos la carne con la salsa para que sea más presente su sabor. Mejor que se haga despacio y no añadáis la sal hasta el minuto final.

El truco para que las costillas queden igual de tiernas que en los restaurantes es hervirlas por espacio de una hora, secarlas muy bien con papel de cocina o con un paño de algodón, untarlas en la salsa barbacoa y ponerlas a continuación en la parrilla. Al darles la vuelta, volver a poner salsa barbacoa si es necesario. Quedarán jugosas y tiernas.

Cuando hayas acabado de usar la parrilla, remoja el carbón y recuerda que las barbacoas conservan el calor durante mucho tiempo. Para limpiar la rejilla lo mejor es que siga al fuego un rato para que al caramelizase los jugos de la superficie se despegue más fácilmente.








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